Como inversión en salud, un colchón no es un gasto económico, sino una inversión en salud. Por lo tanto, debe considerarse cuidadosamente y con suficiente información. Un colchón nuevo ayuda a evitar el dolor de espalda y a tener un sueño más confortable, además de mejorar en general la calidad del sueño de una persona. 

Una mala noche de sueño suele estar causada por el estrés, las preocupaciones y, sobre todo, por la falta de un equipo de sueño adecuado que hace que uno se sienta agotado al despertarse por la mañana. La elección de un colchón debe tener en cuenta factores como la edad, el peso, la altura, los problemas de salud.

Todo colchón debe cumplir tres requisitos fundamentales: firmeza, consistencia y adaptabilidad. El colchón debe garantizar que la columna vertebral mantenga su posición natural mientras el individuo duerme. 

Cada individuo tiene una estructura distinta, pero el colchón debe ser capaz de adaptarse a cada uno. Comprar un colchón es una inversión en salud y bienestar.